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La conservación de los suelos y la sostenibilidad de la productividad en la zona cafetera. (avt0190)

<p>(avt0190)La conservación de los suelos y la sostenibilidad de la productividad en la zona cafetera. (avt0190)</p>

Si se analizan las causas de la decadencia de la agricultura en algunos departamentos colombianos, se llegaría a la conclusión de que una de las principales es el empobrecimiento de los suelos debido a la erosión por mal uso y manejo de los mismos y por la carencia de prácticas de conservaicón preventivas de la erosión. Las prácticas de conservación, especialmente en las laderas donde está la caficultura, buscan sostener los niveles de la capacidad de producción del suelo y conservar la fertilidad natural a través del tiempo. Teniendo conciencia de los daños directos que causa la erosión y de su influencia en el deterioro de las fincas al causar cárcavas, derrumbes y problemas más complejos de remoción masal, no debe dudarse que los gastos que se hagan en la lucha para prevenirla se pagarán en muy corto plazo, quizá en el tiempo en que se tarda en recoger una cosecha. Solucionar los problemas causados por la erosión es muy costoso. Hay prácticas que buscan mejorar las condiciones de producción y la resistencia de los suelos a la erosión. Por ejemplo: Retener el agua en las zonas secas, mejorar la estructura y la relación aire-agua del suelo con materia orgánica, aumentar la cantidad y aprovechamiento de los nutrimentos por las plantas. Las prácticas y obras de conservación buscan disminuir o anular el efecto de los factores que favorecen la erosión. Por ejemplo, amortiguar la energía por el golpe de las gotas de lluvia, disminuir la velocidad de las aguas de escorrentía, encauzar las aguas sobrantes o proteger la estructura del suelo. Estas prácticas preventivas de la erosión buscan la sostenibilidad de los niveles de productividad en el tiempo y en el espacio. CENICAFE ha estudiado métodos sencillos para prevenir la erosión y conservar los suelos y su fertilidad, especialmente para proteger la zona de ladera. Se ha encontrado que las siguientes prácticas son prioritarias como apoyo en un programa integral de conservación de suelos que se deben aplicar no sólo cuando se cultiva el café sino cualquier otra especie en suelos pendientes y con regiones pluviométricas de alta precipitación anual: 1. Selección y localización apropiada de los cultivos, teniendo en cuenta los requerimientos ecológicos mínimos, a la luz de la relación suelo-clima-planta; 2. Siembra directa en contorno, a través de la pendiente, con mínima disturbación del suelo (labranza cero); 3. Fertilización apropiada, con base en el análisis químico de los suelos; 4. Conservación de las plantas de cobertura de porte bajo en las calles de los cafetales (coberturas nobles), que actúan como disipadoras de la energía del agua por impacto y escorrentía y favorecen la infiltración; 5. Desyerbas con manejo y control integrado para favorecer la selectividad de las “coberturas nobles” y su dominancia poblacional; 6. Siembra de barreras vivas de limoncillo, vetíver o pasto imperial, a través de la ladera; 7. Sombrío en los cafetales en suelos con pendientes fuertes, susceptibles a la erosión principalmente a la remoción en masa; 8. Coberturas muertas de hojarascas y ramillas de cafetos provenientes del zoqueo, esparcidos en el suelo para que actúen como disipadores de la energía de las gotas de lluvia; 9. Cultivos intercalados apropiadamente en los cafetales para proteger el suelo sin provocar interferencia económica; 10. Acequias de ladera, en regiones lluviosas y suelos con pendientes menores del 40% y de longitudes largas, profundos, pesados y resistentes a la erosión por remoción en masa; 11. Zanjillas de desague en regiones lluviosas y suelos con pendientes mayores del 40%, poco profundos, o con el primer horizonte estable y el segundo susceptible a la erosión; 12. Terrazas individuales, en zonas secas o semisecas; 13. Conducción de aguas de escorrentía a sitios protegidos con vegetación natural, piedras o escombros de construcciones, para disipar la energía del agua; 14. Vegetación multistrata en zonas de evacuación de agua; 15. Amarre de riberas de los ríos, cañadas, líneas de agua, drenajes naturales y bases de taludes, dejando preferiblemente la vegetación natural y en su defecto, estableciendo vegetación multiestrata de protección apropiada y manejo de la misma.

Autor(es):

GOMEZ A., A.;RIVERA P., J.H.;

Año de Publicación:

1993

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Entrada publicada por:WEBMASTER CENICAFE el 1993-01-09 a las 12:00 AM

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