• 

  Nuestras Publicaciones/ Avances Técnicos

  Es una publicación con información científica y tecnológica, derivada de los procesos de investigación y que se utiliza como herramienta básica por el Servicio de Extensión de la Federación Nacional de Cafeteros en su labor de asistencia a los caficultores.

El sombrío en los cafetales protege los suelos de la erosión. (avt0177)

Tanto la erosión superficial como la masal pueden evitarse mediante prácticas apropiadas de uso, manejo y conservación de los suelos. Prevenir la erosión es más fácil y económico que controlarla, lo cual en ocasiones es difícil lograrlo. Cuando los suelos son muy estables y presentan un horizonte orgánico entre 20 y 50 cm de espesor, topografía de plana a ondulada (0 a 25%), longitudes de pendiente cortas (50 a 150 m) a muy cortas (menores de 50m), la erosión generalmente se presenta como un desgaste de las capas (horizontes). En ellos se pueden establecer cafetales al sol con alta densidad de siembra, siempre y cuando haya una buena distribución de lluvias durante el año y temperatura adecuada (18 a 21°C), caso de suelos derivados de cenizas volcánicas. Esta erosión puede controlarse sembrando los cafetales a través de la pendiente con manejo integrado de malezas, seleccionando las malezas nobles, barreras vivas y calles empastadas y fertilización apropiada. Deben sembrarse cafetales con sombrío, como complemento de las prácticas mencionadas anteriormente, en suelos arenosos y pedregosos o cascajosos, con tendencia a la formación de zanjas o cárcavas (zanjas profundas), con pendientes fuertemente inclinadas (25 a 50%) a muy escarpadas (mayores de 75%) y de longitudes largas (300 a 500 m) a extremadamente largas (mayores de 500 m), condiciones que favorecen la concentración de las aguas de escorrentía. También debe usarse el sombrío cuando los suelos tienen tendencia a presentar derrumbes, deslizamientos y hundimientos. Entre los árboles más apropiados para el sombrío están: guamos /Inga/ spp., nogales /Cordia alliodora/, chachafrutos /Erythrina edulis/, caucho /Hevea brasiliensis/, macadamia /Macadamia integrifolia/, leucaena /Leucaena leucocephala/, matarratón /Gliricidia sepium/ y frutales, entre otros, cuyos sistemas radicales muy profundos (mayores de 1,5 m) permiten un anclaje vertical y lateral mayor que el café, amarrando los suelos para evitar su movimiento ladera abajo. La mayoría de los árboles de sombrío producen hojarasca abundante (“mulch”) que protege el suelo del impacto de las gotas de lluvia, favorece el almacenamiento y la regulación del agua y disminuye sus escurrimiento. Los cafetales bajo sombra producen menos en comparación con los cafetales al sol, pero esta disminución se ve compensada ya que requieren menor número de desyerbas y menor cantidad de fertilizantes y el tiempo productivo de la plantación es mayor, debido a que por efecto del sombrío las plantas de café trabajan más lentamente con menor envejecimiento. El sombrío compensa la pérdida de producción al proteger el suelo contra la erosión, que cuando se presenta como remociones en masa vuelve improductiva el área afectada. El sombrío permite además, un reciclaje permanente de nutrimentos a través de la hojarasca y un incremento de materia orgánica al descomponerse ésta e integrarse al suelo. También pueden obtenerse del sombrío productos que tienen valor para el agricultor (frutos, látex, leña, madera, etc.). En los cafetales también se requiere sombrío cuando hay ciertas condiciones desfavorables de clima: En zonas con mala distribución de lluvia, ya que el sombrío regula el consumo de agua de los cafetos al bajar la temperatura dentro de la plantación y la mantiene constante. Además por disipar los vientos, aumentar la humedad relativa y disminuir el paso de los rayos solares. Aunque los árboles de sombrío consumen mayor cantidad de agua de los cafetos, traen un efecto regulador en el almacenamiento, en la protección y la conservación de ésta en el suelo, a lo cual contribuye también la hojarasca o “mulch” del sombrío. Además extrae el agua requerida de las capas profundas del suelo y no en la zona superficial como lo hace el cafeto.

RIVERA P., J.H.;GOMEZ A., A.;

1992

Pag. 387 / 560 ‹ Primera  < 385 386 387 388 389 >  Última ›