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  Nuestras Publicaciones/ Avances Técnicos

  Es una publicación con información científica y tecnológica, derivada de los procesos de investigación y que se utiliza como herramienta básica por el Servicio de Extensión de la Federación Nacional de Cafeteros en su labor de asistencia a los caficultores.

Nuevas recomendaciones para el control de la Llaga Macana del cafeto. (avt0160)

La Llaga Macana o Cáncer del Tronco, es una enfermedad ocasionada por el hongo /Ceratocystis fimbriata/ (Ell. Halst.) Hunt y su frecuencia, en los cafetales, es cada vez más preocupante debido a los severos ataques que se presentan, especialmente, en casos de renovación por zoqueo. El hongo es un microorganismo habitante del suelo, cuya dispersión puede ocurrir por el agua, el viento, los insectos y por el hombre, mediante el uso de las herramientas de trabajo infectadas. Es un patógeno débil en su mecanismo de ataque, puesto que requiere de heridas en la planta para iniciar la infección. Estas heridas pueden ser ocasionadas en los tallos con las herramientas utilizadas para realizar las labores de desyerba, zoqueo, selección de chupones, poda de ramas inferiores y descope. Así mismo, en terrenos de alta pendiente, los operarios pueden causar desgarraduras con los zapatos, al apoyarse sobre la base del tallo. Durante la poda de ramas inferiores, la incidencia de la Llaga Macana en cafetales nuevos ha llegado a ser hasta el 80%, por no protegerse oportunamente las heridas con fungicidas. El progreso de la enfermedad, dentro de la planta, es muy lento; las lesiones en el tallo avanzan longitudinal y transversalmente por el leño, obstruyendo el movimiento de agua y nutrimentos, lo cual conlleva a la disminución en la producción de los árboles, hasta ocasionarles la muerte. Cuando la infección ocurre durante el zoqueo, las zocas emiten brotes normales, sin embargo, con el tiempo la lesión avanza hasta infectar los brotes o chupones ocasionándoles la muerte. Cuando se zoquean plantas infectadas no hay emisión de brotes. Es difícil reconocer la enfermedad en sus primeros estados. En un árbol afectado, esto es posible cuando los síntomas se manifiestan externamente y en la mayoría de los casos, ya no hay manera de detener la enfermedad. Los síntomas para la identificación de la Llaga Macana, en el campo, son los siguientes: 1. Amarillamiento y marchitez de las hojas, con posterior caída de las mismas; 2. Muerte de ramas o muerte del árbol, la cual ocurre en forma descendente; 3. En el leño de ramas y troncos afectados, se presentan lesiones o manchas irregulares, endurecidas y de color pardo oscuro o negro, fácilmente visibles al levantar la corteza. Con respecto a las medidas más indicadas para combatir la Llaga Macana, en el Avance Técnico N°. 123 de Enero de 1985, se recomendó el uso del fungicida benomyl, tanto para la desinfección de herramientas de corte, como para aspersión sobre la herida. Con base en resultados de investigaciones recientes las recomendaciones para prevenir esta enfermedad son las siguientes: Evitar en lo posible causar heridas a los árboles durante las diferentes labores del cultivo; Arrancar y quemar los cafetos muertos; Antes del zoqueo de cada árbol, desinfectar las herramientas, diferentes a motosierra, con una estopa impregnada con cualquiera de los siguientes fungicidas y respectivas dosis del producto comercial: Benomyl (Benlate) 4 g/litro de agua; Thiabendazol (Mertect) 4 cc./litro de agua. Carbendazim (Bavistin) 4 g/litro de agua; Carbendazim (Derosal) 4 cc./litro de agua. Para el tratamiento preventivo de la enfermedad se deben proteger los cortes realizados en la planta, inmediatamente después del zoqueo y en la selección de chupones, asperjando sobre ellos, los fungicidas antes mencionados con las mismas dosis. Es recomendable tener una fumigadora para la aplicación de fungicidas y emplear una boquilla de cono hueco HC3 (Delavan) ó TX-3 (Spraing System), para obtener mejor cubrimiento. El uso de aspersoras empleadas para el control químico de malezas puede causar toxicidad en las plantas debido a la presencia de residuos de herbicidas.

CASTRO C., B.L.;

1991

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