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El encalamiento de cinco cultivos en suelos de cenizas volcánicas. Experimentación en la zona cafetera. (arc020(03)91-109. 1969.)

<p>(arc020_03_91-109)El encalamiento de cinco cultivos en suelos de cenizas volcánicas. Experimentación en la zona cafetera. (arc020(03)91-109. 1969.)</p>

Se ha encontrado que los suelos de cenizas volcánicas son ácidos fluctuando el pH entre 4,6 y 6,7. El nitrógeno orgánico varía desde 0,2 hasta 0,6%; la materia orgánica que es aproximadamente proporcional al contenido de nitrógeno oscila entre 3,4 y 12% y el humus entre 0,5 y 5,7%. Considerando que la materia orgánica de estos terrenos puede contener un 58%de carbono, la relación C:N oscilaría entre 7,2 y 12,3, siendo adecuados estos valores para la nitrificación si las demás condiciones ambientales son favorables para que ella ocurra. En general se puede concluir que el contenido de materia orgánica es alto en comparación con la proporción de este mismo componente en los llamados suelos minerales de la zona templada, pero es bajo con referencia a otros terrenos tropicales. Los contenidos de calcio, magnesio y potasio son variables, en cambio los niveles de fósforo soluble son bajos en gran parte de ellos. En estos suelos hay algunas pruebas de encalamiento, realizadas en CENICAFE, Chinchiná, Caldas, en pasto, maíz, caña de azúcar, maní y fríjol. El trabajo con pasto se efectuó en la especie llamada Micay (/Axonopus micay/), por ser uno de los más comunes de la zona cafetera. Durante seis años se agregó al suelo, anualmente, una tonelada de cal apagada por hectárea, acompañada de 100 kilogramos de nitrógeno, 100 kilogramos de fósforo y 100 kilogramos de potasio. Según el análisis conjunto de 20 cortes, en seis años de labores, no se encontró en la producción de pasto en peso seco una respuesta absoluta de cal, ni ayudó al aprovechamiento de los demás nutrientes de la fertilización. En cambio el nitrógeno, fósforo y potasio aumentaron notablemente los rendimientos. El resultado fue diferente en maíz. En cultivos sucesivos en el mismo suelo durante seis años y con encalamientos anuales de 2 toneladas de cal apagada por hectárea, acompañada de diferentes niveles de superfosfato, en el análisis conjunto de 12 cosechas en seis años de labores, se encontró una respuesta favorable al encalamiento lo mismo que un mejor aprovechamiento del fósforo cuando se encala el suelo. Las respuestas al encalamiento fueron muy variables en las diversas cosechas, resultando significativa la interacción entre cal y cosecha por lo cual no sería una práctica tan segura de recomendar a los agricultores. En experimentos con caña de azúcar también hubo respuesta favorable al nivel de dos toneladas por hectárea, en un período de año y medio que es la duración vegetativa de un corte. Se observó además que el resultado es detrimental repitiendo el encalamiento en tres cortes sucesivos. En el fríjol y el maní la respuesta fue notable sólo a bajos niveles de cal, favoreciéndose además, en estas condiciones, la eficiencia de la fertilización con superfosfatos. El encalamiento en dosis superiores a 4 toneladas por hectárea fue detrimental.



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Autor(es):

PARRA H., J.;

Año de Publicación:

1969

     Comité Editorial